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El nearshoring ha emergido como uno de los principales motores del sector de la construcción en México, gracias a la relocalización de empresas internacionales —principalmente de Estados Unidos— que buscan reducir costos y mitigar riesgos en sus cadenas de suministro. Sin embargo, la falta de adopción tecnológica en el sector podría limitar su crecimiento a largo plazo. 

El auge de la construcción impulsado por el nearshoring
De acuerdo con datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), en 2023 el sector creció un 4.5% interanual, con una inversión estimada en $260 mil millones de pesos en proyectos industriales y logísticos vinculados al nearshoring. La demanda de espacios industriales ha aumentado significativamente, con un vacancy rate de solo 3.8% en mercados clave como Monterrey y Ciudad de México, según reportes de Colliers International.
Además, la Secretaría de Economía reporta que en los últimos dos años se han anunciado más de 100 proyectos de inversión extranjera directa (IED) en manufactura y logística, con un monto acumulado superior a $40 mil millones de dólares. Ciudades como Tijuana, Querétaro y Nuevo León concentran el mayor dinamismo, gracias a su cercanía con la frontera estadounidense y su infraestructura en desarrollo.

El rezago digital: un desafío urgente
A pesar del crecimiento, el sector enfrenta un problema crítico: la baja digitalización. Un estudio de McKinsey & Company revela que sólo 30% de las empresas constructoras en México utilizan herramientas avanzadas como BIM (Building Information Modeling), frente a un 70% en Estados Unidos. Además, según el IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad), México ocupa el lugar 51 en adopción de tecnologías digitales a nivel global, lo que limita su capacidad para competir con otros destinos como Vietnam o India.

La falta de adopción de tecnologías como IoT, inteligencia artificial y análisis de datos genera ineficiencias en la gestión de proyectos, aumentando costos y tiempos de entrega. Esto podría desincentivar futuras inversiones si no se corrige a tiempo.

Oportunidades y recomendaciones
Para capitalizar el impulso del nearshoring, el sector debe:
 Incrementar la inversión en tecnología, adoptando herramientas como BIM y software de gestión de proyectos.
– Fortalecer la colaboración público-privada para impulsar infraestructura digital (ej.: conectividad 5G en polos industriales).
– Capacitar al talento local en competencias digitales, en alianza con universidades y centros tecnológicos.
– Optimizar el acceso a financiamiento especializado para maquinaria y equipo. Empresas como GFL ofrecen soluciones flexibles, como leasing y crédito simple, que permiten a las constructoras adquirir tecnología y activos sin comprometer su liquidez. Estos instrumentos son clave para modernizar flotas, incorporar maquinaria de última generación y escalar operaciones sin descapitalizarse.


México tiene una ventana de oportunidad única para consolidarse como hub manufacturero y logístico, pero el éxito dependerá de su capacidad para modernizar el sector construcción. La digitalización no es una opción, sino una necesidad para competir en la era del nearshoring.


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