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La allanadora de concreto se ha convertido en una herramienta esencial en el mundo de la construcción, facilitando el proceso de alisado y mejorando la calidad de las superficies de concreto. Existen dos categorías principales de allanadoras: manuales y motorizadas, cada una diseñada para cumplir con diferentes necesidades y tipos de proyectos. Este artículo explorará las distintas variedades de allanadoras y su uso, así como los beneficios que ofrecen en el ámbito de la construcción.

Las allanadoras manuales son herramientas que requieren un esfuerzo físico considerable, como la llana y el fratás, que son superficies planas que el operario manipula de manera manual. También se encuentran las reglas alisadoras, que utilizan un motor vibrador para mejorar el acabado del concreto. Aunque el acabado que proporcionan puede ser más rústico, son efectivas para compactar el cemento y eliminar burbujas de aire, resultando en losas más resistentes y duraderas.

Por otro lado, las allanadoras motorizadas se dividen en dos tipos: aquellas que se controlan de pie y las de operador sentado. Las primeras son conocidas como “helicópteros” y permiten al operario obtener acabados más finos y pulidos, ideales para proyectos arquitectónicos. Las allanadoras de doble helicóptero, diseñadas para ser operadas desde una posición sentada, son perfectas para grandes construcciones, como fábricas y naves industriales, donde se requiere un alisado eficiente y rápido.

El uso de una allanadora de concreto es relativamente sencillo, aunque requiere atención y cuidado. Para operar una de tipo helicóptero, se debe encender el motor y ajustar la velocidad de las aspas. Una vez en movimiento, el operador puede dirigir el equipo hacia adelante o hacia atrás, y ajustar la inclinación de las aspas para obtener diferentes acabados. Generalmente, se realizan al menos dos pasadas sobre la superficie para asegurar un alisado óptimo.

Finalmente, el momento adecuado para utilizar una allanadora es cuando el concreto ha fraguado lo suficiente como para soportar el peso de la máquina, lo que generalmente se determina si al pisarlo no se hunde más de tres milímetros. Usar una allanadora es especialmente recomendable para superficies mayores a 10 metros cuadrados, ya que ofrece un acabado uniforme y reduce el esfuerzo físico requerido. En resumen, la implementación de allanadoras de concreto en proyectos de construcción no solo mejora la eficiencia, sino que también garantiza resultados de alta calidad, haciendo de esta herramienta un aliado indispensable en el sector.


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