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El sector de la construcción en Nuevo León enfrenta un escenario complejo durante el primer trimestre de 2025, con una caída del 14.59% en la producción de vivienda, al registrarse 3,512 unidades construidas, frente a las 4,112 del mismo periodo en 2024. Aunque la entidad sigue liderando la actividad a nivel nacional —con el 12% del total—, la brecha con Jalisco se redujo notablemente, pasando de 1,555 a solo 589 viviendas de diferencia.

Factores que limitan el dinamismo del sector
De acuerdo con la Cámara Nacional de la Vivienda (Canadevi NL), presidida por Javier Treviño, los principales desafíos son:

  • Cambios administrativos a nivel federal y municipal, que generan incertidumbre.

  • Trámites burocráticos complejos para la autorización de fraccionamientos.

  • Retrasos en proyectos de nearshoring, lo que frena la demanda esperada de vivienda e infraestructura.

  • Desafíos en gestión de servicios básicos, como movilidad, agua, drenaje y suministro eléctrico (CFE).

Brecha entre oferta y demanda
Según datos del Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda (SNIIV), existe un desequilibrio crítico: mientras 724 mil derechohabientes en NL tienen capacidad crediticia (Infonavit), el inventario disponible es de solo 23,400 viviendas. Esta escasez, sumada al incremento del 10.9% en precios durante 2024 en la ZMM, profundiza el desafío de acceso a vivienda.

Oportunidades para reactivar el sector
Ante este panorama, las soluciones financieras especializadas pueden ser un catalizador para impulsar proyectos. Empresas como Global Financial Leasing, líderes en leasing y crédito simple para equipos de construcción, ofrecen alternativas para:

  • Modernizar la infraestructura con maquinaria y tecnología eficiente.

  • Optimizar capital de trabajo, permitiendo a desarrolladoras enfocarse en proyectos prioritarios.

  • Acelerar la ejecución de obras mediante esquemas flexibles de financiamiento.


La desaceleración en NL refleja la necesidad de agilizar procesos, atraer inversión y fortalecer alianzas público-privadas. Con herramientas financieras innovadoras y un enfoque colaborativo, el sector podría recuperar su ritmo y capitalizar el potencial del nearshoring a mediano plazo.


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